viernes, 24 de enero de 2014

MÁS QUE TURBARSE

Buenas salenas,
uno de mis propósitos para el nuevo año ha sido el estudiar/leer/curiosear la filosofía griega clásica. ¿Por qué? Pues no lo sé. Últimamente me asaltan deseos que no evito, así que me soy infiel a mí mismo. Por ejemplo: hace un par de años me dio por leer a Witold Gombrowicz y todavía no sé explicarlo. Ni el porqué de aquello ni el porqué de Witold Gombrowicz.
 
De entre autores griegos (me dejo a los Platones y demás para el postre) me he entretenido algo más con cuatro nociones, para gafotas como yo, sobre Epicúreo. Y me he encontrado con ese "jardín" donde el sabio se aísla del mundo para encontrar la felicidad (Fray Luis de León, Felipe González y sus bonsáis...). Además de perseguir la ataraxia como sinónimo de equilibrio emocional, me ha sorprendido lo que tiene de negatividad (un Adorno) esta escuela para alcanzar un fin digamos positivo. Resulta curioso, entrañable, sorprendente cómo fomentan acercarse al dolor y al miedo para conocerlo, desmontarlo y, cual llave de judo, sacar lo mejor de ese peor. Por otro lado, interpreto unas reminiscencias orientales/budistas/ en sus deseos de prescindir o de rebajar el deseo y las pulsiones básica (todas, todas, todas...).
 
Esa felicidad reside, entre otras cosas más complejas y mucho más griegas, en no turbarse, en permanecer imperturbable. Pero, como anunciaba en el titular de esta entrada, vivimos en un mundo variado/multicultural/guay del Paraguay etc., en el que mas que turbarse, la humanidad entera y, por ejemplo Fuenlabrada en particular, debería de ser enormemente feliz gracias a la ataraxia colectiva de renuncia y pasividad general. Es verdad que Epicúreo también habla de que no hay que buscar sólo lo bueno porque aquello que proporciona felicidad fácil acaba volviéndose en algo malo/negativo para la persona a la larga.
 
Es a través del conocimiento de lo que nos deprime y asusta como llegaremos "epicúreamente" a ser felices. Dicho de otra manera, si somos capaces de abrir la puerta del armario, entonces, el monstruo no nos dará miedo. Pero y si... ¿nosotros somos los que estamos dentro del armario, es decir, somos el monstruo al que hay que entender y comprender y del que no asustarse?
 
Dejo abierta la reflexión para que nos turbemos o más... que nos turbemos...
 
M.L.

5 comentarios:

  1. ...que digo yo, humilde servidor y atento lector de este blog, que este artículo me hace pensar; y eso es peligroso. Porque creo que fue el ilustre Freud quien dijo aquello de que "existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo". Así que si la felicidad fácil es un engaño transitorio la difícil debe ser inalcanzable...

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  2. ...creo que era Aristóteles quien decía que el hombre tiende por naturaleza al saber... pues bien, visto el nivel de felicidad que nos ronda, tendremos que llegar a la conclusión de que ser ignorante es un bien superior en nuestra sociedad (si entendemos ser ignorante como sinónimo del desprecio hacia el tipo de felicidad que proporciona el conocimiento... o por no ponernos trascendentales; si el hombre tiende al saber y el hombre de hoy lo esquiva a base de bien... ¿vamos hacia la "deshumanización" o hacia "dentroesutipidación"?

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  3. Y eso dicho en griego antiguo (una lengua morfolófica, como todas las que se declinan traducido al latín (bíblico y científico, por los siglos de los siglos) y vertido en carrera impetuosa a las vernáculas (se me ocurre qué es lo que tiene que ver la palabra "felicidad", en Fuenlabrada este sábado, con un giro sintáctico como "a que no sabes de la última", con la palabra areté, en nominativo y sábado griego del siglo V a.C).
    Curioso, en Grecia (como en Italia durante el siglo XIV), se escogió la lengua de los autores "clásicos" (por decirlo a groso modo) como modelo estético e intelectual, dentro de la escritura, eso sí. La comunidad (tal vez en su tosquedad, en su ceguera, en su indomabilidad) se fue alejando en su habla (lógico, porque a ver cómo haces la compra y cómo discutes con tu marido en la lengua que escribía Epicureo). El resultado fue una situación de fuerte diglosia, una lengua para la escritura culta y otra para el habla popular. En la década de los 80, Andreas Papandreu, dentro de sus reformas socialistas, quiso impulsar la enseñanza de la demotiké (la lengua hablada cotidianamente) en las escuelas. Fue una tentativa y duró lo que él duró en el gobierno.
    Parece que el uso de la lengua tiene un "ahí" que nos ayuda a entender...
    Rocío

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  4. Iba yo a contestar no sé qué y veo a los francotiradores en Kiev repartiendo a diestro y siniestro cachitos de muerte, y ya se me quitó la gana de repartir entre los bueno y lo malo, lo grande y lo chico.
    Estoy muy de acuerdo contigo en que el "neolenguaje" no es algo que haya inventando Rajoy "hilillos de plastelina", por ejemplo, ni Zapatero con "la desaceleración de la economía"... creo que la adscripción estética como comentas tiene lo que tiene de fachada para que no se oiga con claridad a las bases insultar a mujeres que abortan con palabras como "hija de puta" o "terrorista" como han gritado recientemente. Es mejor decir "se ayuda al no nacido", o algo así de cursi.

    A lo que voy una vez más; Ese neolenguaje del poder, acuérdate de Alfonso X y su "reconquista lingüística" de Spain, lo que hace es evaluar la competencia de los ciudadanos. Es por ello que los niveles de educación o desarrollo de la misma hayan/estén siendo bloqueados continuamente. Hablas del siglo XIV en Italia, y en 1450 sale Guttenberg con la dichosa imprenta. Y entonces se revira la lengua de comunicación para que no se llegue al concepto y nos cambiamos de reglas en mitad de la partida; ahora en griego y en latín, y otra vez otros doscientos años de desconcierto donde la gente no sabe que sabe porque unos les dicen que no saben griego ni latín..
    .
    Aclarame porque tu trabajo creo que trata el asunto con más exactitud.
    Salud.

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  5. Mmm...te noto el tono metalizado, claro, si has estado viendo los tiros en Kiev, es normal que se le metalicen a uno hasta las palabras, a ver cómo no te pones el casco ¿Sabes? Maragarite Yourcenar nunca leía los periódicos y sabía muy bien lo que le ocurría al mundo y estaba informada (no en un sentido mediático, claro).
    Yo no quería entrecruzar tanto los acontecimientos y los hechos. No creo que se pueda elevar a una síntesis la secuencia Epicuro-Rajoy-Alfonso X-Ruiz Gallardón, bueno o a lo mejor sí se puede (como literatura, ahí tienes un Tarantino que ajusta cuentas en el cine, una judía vuela un cine lleno de nazis y un esclavo con un escudero cazarrecompensas vuela una mansión sulista, una catarsis destructiva que es absolutamente necesaria y nos aproxima a una posible catarsis real a la que no nos atrevemos por algún motivo real...?¿).
    Desde la historia creo que es otra cosa. Los hechos son como son en cada momento y en cada situación, (aunque también es verdad que podemos darle vida a la memoria, encarnarla en el presente, sobre todo si estamos hasta las narices, sumidos en la tristeza de los fracasos o en la felicidad de algún ideal).
    Vuelvo sobre la lengua, por suerte en la época de Epicuro (en la Grecia antigua) y de Alfonso X (en el reino de Castilla medieval) no se había "tecnocratizado" tanto el lenguaje. Me explico, me parece que aún prevalecía un conocimiento por el uso y por la experiencia, digamos que ese elemento de la tradición (lo que se repasa, actualiza y se amplia o no) cumplía una función (en lo textual y en lo oral). Eso es muy importante porque es más fácil reconocer algún referente (en el caso del autor y en el caso del uso comunitario también, uno trae la "cita/alusión"de otro autor/texto y el otro, el uso comunitario, un refrán, por decirlo de un modo muy sencillo). Lo que me parece que ha ocurrido en los últimos tiempos es que el lenguaje se ha destilado, parece que (lo digo como una impresión mía) se ha ido disolviendo ese elemento dinámico de la tradición (estoy leyendo a Gadamer, me está influyendo, lógicamente) y se ha ido sustituyendo por un implante que ya ni siquiera es la de las grandes ideologías (que de algún modo recogía una especie de " rígida síntesis" de fuertes tratados políticos, económicos, filosóficos) es una versión "técnica y publicitaria", aprendida en un master de gestión política.
    La crisis política es una crisis profunda del lenguaje (no sólo de los salarios o de la ley del aborto, digamos que de ello se deriva que...) El tío de mi padre, un labrador manchego de ochenta años, dice aún con sentido y pausa, le imprime a la lengua la vitalidad de su experiencia de vida y de trabajo, resuenan generaciones en él y hace tener esperanza en eso, en el lenguaje.

    Cuando vuelvo a España es al primero que quiero escuchar, le digo a mi padre: papá, vamos al pueblo a visitar al tío José.

    Es menos incendiario, pero más esperanzador.

    El siete de marzo aterrizo en Madrid,
    Rocío

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