sábado, 8 de septiembre de 2012

Microrelato: "Échame otra".

"El niño le dijo a su padre que dejaría los estudios, por la pereza propia de la edad, aunque lo disimuló con un discurso copiado de la televisión:
"-Durante estos años me dedicaré a mejorar mi técnica para repartir cartas, así, cuando me puedan contratar, verán que tengo una habilidad inmejorable".
El padre escuchó una palabra polisilábica y aceptó la propuesta del hijo lleno de desconcierto. No en vano se construiría una gran zona de casinos y otros menesteres cerca de la ciudad. Su hijo había sido más listo que él, sin duda, ya que toda su generación les había dado en el hocico con la cruda realidad. No por saber más, no por ser mejor en algo, se iba a ser alguien en la vida. El padre rechinaba los dientes pensando en los años de estudio, de oposiciones, en fin, de horas y horas tiradas después de tantos recortes, cerecenamientos y rasurados del estado que les habían prometido.
-"¿Entonces...?", preguntó el hijo barajando la propuesta de su futuro.
-"Échame otra", contestó el padre".

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