viernes, 30 de marzo de 2012

Y DEJARON DE ESCRIBIR


El libro en cuestión se titula "Bartleby y compañía", publicado en Anagrama en el año 2000 y reeditado por Quinteto, y aparece como un curioso "ensayo de ensayo" de Enrique Vila-Matas. En él, usando como excusa el cuento de "Bartleby el escribiente" de Herman Melville, se hace un repaso por la historia de la literatura y por los ilustres autores que decidieron un día dejar de escribir.
Entre los más afamados destacan Salinger, Wilde o Juan Rulfo. No menos curiosa es la existencia de una biblioteca en Vermont (USA) que sólo tiene en sus estantes obras que han sido rechazadas por las editoriales (¿un museo del horror? ¿el paraíso perdido para autores por descubrir?).
En cualquier caso, merece destacarse la estructura fragmentada y fragmentaria que Vila-Matas emplea para presentar sus pesquisas por el mundo de la "escritura del No", haciéndose su lectura amena y nada rígida como los ensayos al uso. Con cierta retranca, Vila-Matas presenta su obra como un grupo "de notas a pie de página de un texto que no existe". Tal vez se refiera a esos textos sin escribir por sus autores.
Menos mal que en su mayoría los autores comentados escribieron y después dejaron de escribir, es decir, ya dejaron obra. ¡Qué habría sido de Cervantes si hubiese triunfado al principio con obras como La Galatea y hubiesen decidido abandonar la escritura! Pues que nos habríamos quedado sin el Quijote o las Novelas Ejemplares que escribió cuando ya era viejo.
Cada una de estas "ausencias" se justifican según el autor; desde el que no cree que tenga nada más que contar, hasta aquellos que se enredan con el lenguaje como vehículo inapropiado para representar sus narraciones.
Octavio Paz ya analiza estos precursores de la "escritura del No" en su libro "Los hijos del limo" (Seix Barral, 1974), estudiando sus orígenes en los románticos hasta las primeras vanguardias, y es precisamente con las dificultades que presenta el uso del lenguaje donde el autor comprende, empieza a comprender, y acabará respondiendo con el suicidio o con la "no representación" vanguardista, que el lenguaje no conlleva ninguna analogía con la realidad a la que intenta aprehender. Lo que entronca directamente con Kierkegaard y sus referencias al empleo del lenguaje como una sustancia básicamente irónica: "para el sujeto irónico, la realidad dada ha perdido completamente su validez, ha llegado a ser para él una forma imperfecta que, sobre todo, estorba".
Esta rabiosa subjetividad romántica que termina con el "ensimismamiento" sea la característica general de todo estos autores cuya obra ¿terminó o dejó de poder representar? ¿O simplemente quisieron dejar de "estorbar"/se"?
Salud
M.L.

1 comentario:

  1. Me interesa su lectura. Como ya no me queda sitio en mi casa para tanto libro esperaré que la "biblio" publica de turno lo compre para sacarlo en prestamo.
    El sicoanalista freudiano Edmund Bergler estudio el fenomeno del escritor que deja de parir...desde el psicoanalisis. Se titula PSICOANALISIS DEL ESCRITOR y es lectura muy recomendable que complementa este libro de vila matas que no pienso dejar de pasar. Salud y libros.

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