jueves, 19 de abril de 2012

DE PECADORES Y OTROS JANDEMORRRRRR

Bueno, bueno, bueno. Ayer iba de paseo con el perro entre rayos y centellas que, al fin y al cabo, no sólo es un proceso meteorológico sino también mental (en el que nos aprietan cada día un poquito más). Y en ese paseo iba yo recordando la historia del pobre pecador (grande Chiquito, del que tomamos una de sus frases más célebres como modesto homenaje). La historia más o menos se narra así:
"Érase una vez que se era un ciudadano muy muy malo malísimo que tenía que pagar con recortes los despilfarros que había cometido con anterioridad, tanto los suyos como los de los demás (aquí no importa si uno no está en ese saco porque te meten igual). El pobre Homo Pecador de la Pradera se preguntaba qué había hecho mal, sobre todo si cuando iba al banco le daban el bolígrafo de firmar y el 120% de la hipóteca. Confuso, el Homo Pecador, se debatía entre la culpa y el laicismo, pero he aquí que como el pobre Homo no sentía demasiada culpa (a pesar del fraude, de la fama, de la ambición, de la ignorancia en fin) entonces le empezaron a decir que si no hacía caso, que si no aceptaba su culpa, jarrrrrlllll, pues que entonces vendrían otros y le harían mucha más pupita en el diodenal. Sí, sí, amiguitos, de la culpa se pasó a la amenaza (¿a que resulta familiar a lo de que vas al infierno por malo?). El pobre Homo Pecador no sabía, no sabe todavía, qué hacer: si mirar para otro lado y señalar culpables, o tragarse las culpas para no ir al infierno...".
Como dije, llovía a mares, y las nubes me miraban de reojo como diciendo: "Menos jueguecitos de palabras y ponte a cubierto que me pongo a llover". Y yo, que soy muy buen mandado, me fui a mi casita.
Salud
M.L.

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