viernes, 28 de septiembre de 2012

OBSOLESCENCIA DEMOCRÁTICA

La idea procede del documental que ilustra la fotografía: "Comprar, tirar, comprar". En él se expone las estrategias comerciales de las grandes industrias para que sus productos tengan una fecha de caducidad, es decir, para que la tecnología sea perecedera, como si se tratase de una patata o de un atún.
Toman como inicio el desarrollo industrial de la bombilla. Las primeras que se hicieron en el siglo XIX eran tan buenas que todavía sigue una funcionando hoy, noche y día. Entonces, los líderes del sector "bombillístico" tuvieron una gran idea, se les encendió la bombilla, y pidieron a sus ingenieros que crearan bombillas que durasen menos. Lo mismo pidieron los fabricantes de medias (las primeras eran tan resistentes que servían para remolcar coches... no es broma) etc. etc. Dejo el enlace del vídeo que no tiene ningún desperdicio.
 
Todo este rodeo para presentar una jaculatoria sobre estos días de manifestaciones, de rodeos al congreso, en definitiva, de los coletazos de movimientos ciudadanos que se resisten a que nos "caduquen" la democracia. Puesto que los fabricantes de bombillas o de medias se pusieron de acuerdo para que su producto fuese rentable, ¿por qué no pensar lo mismo del llamado "Estado del bienestar"? Este producto se ha estado comprando y exportando desde la Segunda Guerra Mundial como uno de los logros de la raza humana, pero viendo el caso y el desprecio al que somenten a la sociedad nuestros dirigentes, ¿no estaremos ante la obsolescencia de la democracia? Es más, ¿no estaremos ante la obligación de tener que comprar una nueva sociedad democrática basada en el miedo, la coacción y el recorte de libertades?
 
La seguirán llamando democracia, pero se fundirá antes, como la bombillas.
 
Salud.
M.L.

domingo, 23 de septiembre de 2012

OJALÁ PASE ALGO QUE "LES" BORRE DE PRONTO

Llevo masticando, literalmente algo somático, el verso de Silvio Rodríguez durante toda la semana: "Ojalá pase algo que te borre de pronto". Son esas ganas de que la palabra, el verbo, pueda hacer y deshacer al/en/para el hombre...
Que sea la palabra creadora de Juan Ramón Jiménez: "Que mi palabra sea la cosa misma". De esa forma la repulsa, el asco, servirían para "borrar" a esos repulsivos y asquerosos que nos rodean. Al tiempo, el amor y la alegría mediante la palabra se harían felicidad y orgullo en la boca de los hombres.
Me temo que con la llegada del otoño se acerca la poesia hoja a hoja, aunque haga lo posible por intentar esquivarla...
Os regalo el "Ojalá".
Salud.
M.L.

lunes, 17 de septiembre de 2012

TENGO LA INTUICIÓN DE QUE HOY ES UN GRAN DÍA

Junto las intuiciones absurdas y el gran día de Serrat para comunicarlo: Madrileños, españoles, Esperanza Aguirre se marcha.



¡Que lleve tanta paz como deja!

Dejo abierta la línea de comentarios para su epitafio político y vital.

Salud.

lunes, 10 de septiembre de 2012

TODO A CIEN

La noticia dice que han encontrado un Renoir  desconocido en un "mercadillo" en Virginia, USA (dónde si no...) y que una señora lo compró por siete dólares porque "le gustaba el marco". La pieza será subastada en breve y se espera que se alcance pronto cerca de 100.000 dolares.
http://www.cadenaser.com/cultura/articulo/renoir-dolares/csrcsrpor/20120910csrcsrcul_10/Tes



¿Marketing? ¿Estrategia comercial? ¿Por el marco...? Y sin embargo es una metáfora fantástica de nuestros tiempos, ya imperecederos gracias al esfuerzo común de no pasar por la historia de puntillas. Me refiero en primer lugar a ese ninguneo de la cultura (dónde si no en USA...) que permite que un Renoir acabe en un famoso "garage sale", es decir, un mercadillo donde la gente se libra de trastos cuando no sabe qué hacer con ellos. ¿Cómo se ha ido fraguando, a fuego lento, durante todos estos años, miles de meses y centenares de miles de minutos esta cosa de que acabe un Renoir prácticamente en la basura? ¿Es tanta la ignorancia fermentándose y pasándose, contagiándose de generación en generación? Digo de USA pero es casi tan nuestro como el Marlboro o los Levis. ¿A qué fortuito plan genético, ahora de moda, se llega a querer ignorar durante más cien años una obra como esa? O más tremendo aún: ¿estamos tan acostumbrados a la copia en este mundo de reproducciones (W. Benjamin) que nos da exactamente igual el original? Nos conformamos con las imitaciones: empezamos por cuadros y acabamos por personas, políticos y otros seres...

La dueña, la que lo compró en el rastrillo, alegó que le gustaba el "marco". Esta segunda reflexión tiene que ver precisamente con la necesidad de que la obra ninguneada tenga un "marco" de referencia donde pueda volver a existir autocreándose una biografía de andar por casa. De ser un Renoir que no se conocía, por lo tanto sin historia (¿sin valor?), se pasa a un Renoir que se ha creado una épica cutre, de mercadillo, para que le engorden las cifras de compra a la casa de subastas, me temo. Que sea un cuadro tirado en un mercadillo, y no una persona de carne y hueso la que encarne esa épica, da que pensar.

Salud.
M.L.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Microrelato: "Échame otra".

"El niño le dijo a su padre que dejaría los estudios, por la pereza propia de la edad, aunque lo disimuló con un discurso copiado de la televisión:
"-Durante estos años me dedicaré a mejorar mi técnica para repartir cartas, así, cuando me puedan contratar, verán que tengo una habilidad inmejorable".
El padre escuchó una palabra polisilábica y aceptó la propuesta del hijo lleno de desconcierto. No en vano se construiría una gran zona de casinos y otros menesteres cerca de la ciudad. Su hijo había sido más listo que él, sin duda, ya que toda su generación les había dado en el hocico con la cruda realidad. No por saber más, no por ser mejor en algo, se iba a ser alguien en la vida. El padre rechinaba los dientes pensando en los años de estudio, de oposiciones, en fin, de horas y horas tiradas después de tantos recortes, cerecenamientos y rasurados del estado que les habían prometido.
-"¿Entonces...?", preguntó el hijo barajando la propuesta de su futuro.
-"Échame otra", contestó el padre".

domingo, 2 de septiembre de 2012

LO QUE DIGO TRES VECES ES VERDAD

Ahí estaba el Bellman de Lewis Carroll en The hunting of the snark, diciendo esto: "Lo que digo tres veces es verdad". Y es que no se me ocurre forma mejor de empezar el nuevo trimestre que hablando sobre cómo el lenguaje, repetido hasta la saciedad, se acaba imponiendo como una verdad absoluta por el mero hecho de repetirse a sí mismo.
Y me refiero en especial a cómo el "slogan" propagandístico se ha metido en el tuétanos del personal para poder ordena la realidad; una realidad que no se deja aprehender, que muta y cambia continuamente de mal en peor (o eso nos hacen creer). Esta descripción de nuestros días, días de inestabilidad en la nomeclatura de la vida, necesita de un lenguaje "twitter": con pocos caracteres, directo al paladar y a las tripas, para que el personal se sienta que ha encontrado el secreto de la piedra filosofal de todos los males de nuestra época, a saber: profesores, maestros, médicos, enfermeros, bomberos... Y, sobre todo, que así, de manera simplista y simplona, cada uno piense que ha conseguido cazar su propio "snark" hasta alcanzar un nivel de comprensión de lo que le sucede que le eleva la moral pero le despista de encontrar más razones.

Recomiendo una serie de tres capítulos de la BBC, oh my gosh la BBC, de un documental titulado "La trampa" (The trap), que lleva una interesante entradilla: "Qué ha pasado con nuestro sueño de libertad". En las próximas entradas intentaré comentar algunos de sus aspectos más relevantes, en especial en su versión "made in Spain", porque podría parecer que al centrarse en USA o UK en Expain eso no sería aplicable, pero sí, y vaya que sí.
Dejo aquí el enlace: http://www.youtube.com/watch?v=FPfgIf2p9Fw

Termino con el principio, el Bellman de Carroll. Espero que se pueda ver bien el dibujo de arriba, obra del propio Carroll, donde la apariencia del propio Bellman es más que sugerente: una jaula vacía donde, añado yo, el pensamiento queda prisionero para los demás, y de donde procenden los discursos vacíos también que sólo porque se repitan se acaban convirtiendo en dogma.

Cuidadito con los Bellman de por aquí.
Salud.